Engaño manifiesto. Junio 2008/ I
Recuerdo de niño decir a mi padre, que cuando su abuelo hablaba de sus vivencias y especial de su participación en la guerra de Marruecos, conocida esta por el triste y doloroso desastre de Annual, utilizaba mucho para terminar o dar fin a sus relatos la expresión «engaño manifiesto», desconozco si esta frase era utilizada habitualmente en la época o fue acuñada por el mismo.
Mi bisabuelo nació a finales del siglo XIX, heredo como tantos otros españoles de a pie, una España llena de monarcas, políticos y militares decadentes. Una sociedad marcada por el fin de un imperio con la pérdida de Cuba, Filipinas y la venta de Puerto Rico e Islas Marianas. Además de todo esto, llego a vivir lo suficiente para presenciar nuestra sangrienta Guerra Civil y dolorosa posguerra.
Hoy con el paso de los años y tras rebasar los cuarenta, creo comprender en parte porque mi bisabuelo empleaba la expresión de «engaño manifiesto». Considero que aquellas generaciones de españoles convivieron entre el engaño, la traición y la decepción de sus dirigentes. Circunstancias que debieron ocasionar una pérdida de confianza en aquellos que debían dirigir los destinos de la nación. Tuvo que ser duro comprender que tanto trabajo y sangre derramada no habia servido para nada, marcando la vida de muchos hombres y mujeres al comprobar como al final de la corrida siempre pagan los mismos.
En la actualidad, mis sentimientos como la de tantos españoles se fusionan con la impotencia y rabia contenida al ver como evoluciona nuestra sociedad, como cada cuatro años somos capaces de soportar solos y en grupo, el que nuestras vidas se somentan a un engaño continuo, un engaño manifiesto por parte de nuestro dirigentes. ¿Y porque afirmo esto?, pues porque estos no son capaces de hacer respetar nuestra constitución, porque ellos permiten que la voluntad chulesca de unos pocos se impongan a la mayoría, porque no son capaces de endurecer las leyes para que traficantes de droga, terroristas, violadores e indeseables no sigan destrozando la vida de personas y familias enteras, porque se sacrifican los derechos de las victimas y todas aquellas personas de bien para respetar y garantizar los derechos de asesinos sanguinarios, por pedir que nos ajustemos el cinturón cuando ellos se suben los sueldos y las primas a cotas inimaginables para un trabajador, esto ultimo para mi es una falta de respeto y desprecio hacia mi persona, dar ejemplo demostraria la talla de las personas y de un lider, porque han olvidado algo tan elemental y simple como el que son nada más y nada menos que trabajadores públicos al servicio de la nación.
Todo ello sin entrar en el apartado de las promesas vacías e incumplidas por parte de nuestros políticos, esos que se han dormido en los laureles al permitir desmanes y estafas de autoridades públicas en contra de los intereses del pueblo, de los trabajadores y de todas aquellas personas de bien.
Es evidente que no todos los políticos son así, solo nos faltaba esto, pero también esta claro que esos buenos y escasos políticos están sujetos a la dirección de su partido. Partidos que no ven más allá de esos cuatro años de oposición o de gobierno y que no son capaces de arriesgar con medidas excepcionales para cambiar el sistema.
Necesitamos líderes de verdad, hombres de honor que nos devuelvan la confianza y la ilusión. Líderes que actuen con hechos para dar preferencia y soluciones a las verdaderas necesidades de la sociedad; trabajo, sanidad, seguridad y educación en unas mismas condiciones de igualdad entre todos los españoles.